miércoles, 30 de mayo de 2012

Nuestras ganas

Erotic Oil Sketch 04-Original Erotic Sketch in Oils on Panel by Cuinn Tessant.


Como niños, nuestro curiosear constante por encontrarnos y descubrirnos temprano y sin prisa nos acerca sin prestarle atención a la conciencia o la lógica. Como presos a punto de su liberación, nuestra mente no cesa de excitarse por el encuentro furibundo en la llamarada intensa de nuestras pieles destellando pasión y llamándose de lujuria empecinada. Como bestias hambrientas, nuestro instinto ha despertado voraz y descontrolado, ansiando comer, chupar, lamer, probar, masticar, tragar y fisgar las carnes mojadas que entran y salen, que vienen y van, que se levantan y se acuestan con avaricia ante la más mínima provocación de nuestras fantasías en las cuales nadamos en el placer los dos. Como huracán impredecible, despertamos al deseo de arrebatar, aplastar y hacer estragos en nuestras pieles afuera y adentro y de llover saliva, lágrimas y almíbar en cada poro de nuestra desnudez soñada y añorada. Como mar embravecido, en el momento oportuno nos volcaremos uno contra el otro, como orilla y ola; fuertes, implacables, impíos, arrebatándonos todo y dejándonos abatidos y con una sonrisa que se levanta triunfante de los escombros de la más placentera destrucción. Como víctimas de un hambre dolorosa, nos comeremos nuestros alientos, beberemos nuestros gemidos y alimentaremos nuestro centro quejumbroso con tu humedad y la mía una y otra vez hasta que hayamos caído tendidos convertidos en nada y en uno.

domingo, 27 de mayo de 2012

En tu mente

Source: http://www.obsessionart.com/product.asp?currency=USD&cat_id=PHO&pf_id=MOFO_MOFO069&jump=84
Me acerco y por encima de tu ropa veo tu punta ancha, grande, hinchada, latiendo, queriendo estallar cuando sientes mi presencia en tu entorno.  Siento cómo aguantas las ganas y te muerdes los labios, dejando escapar una maldición gruñida entre dientes al escucharme acercarme a tu espacio.  Sé cómo se endurecen tus testículos libidinosos los cuales con disimulo, rozas con tu pantalón intentando frotarte un poco tu erección que crece cada segundo al olerme cerca.  Veo cómo suda tu frente y se dilatan tus pupilas cuando miras en tu mente nuestros cuerpos entrelazados en un choque mortal y cadencioso.  Sé cómo se llena de saliva tu boca al querer besarme cada milímetro de mi piel tan apetecible para ti.  Veo cómo tu pecho se levanta ante cada bocanada  de aire de tu respiración que se agita con cada mirada, cada palabra, cada gesto que se escapa de mi cuerpo que desvistes sin quitarme la ropa.  Siento cómo te vuelves bestia irracional queriendo poseerme de un salto obviando las circunstancias y dándole rienda suelta a tu instinto que quiere unir tu sexo con el mío también ya empapado de deseo por ti.  Sé que puedes oler mi pasión que se crece y se hincha placentera entre mis piernas y te busca con vehemencia.  Escucho cómo se enronquece tu voz y se vuelve grave; cómo casi se silencia en jadeos por falta de aire y casi deja escapar los gemidos que saldrían de tu boca si me siento en tu sexo ya hecho tronco grueso y duro.   Sé que te imaginas mis jugos corriendo por tu miembro erecto, haciéndolo fulgurar y hervir de angustioso placer.  Sé que tu furtiva lujuria me planta encima de ti con mi labia arropando y succionando tu erección haciéndote perder el raciocinio y la conciencia. Veo que hasta puedes sentir cómo me derramo en tu centro con mis jugos calientes, quemándote la piel tal cual como lo imaginas cuando me piensas encima de ti meciéndome demente, gritando, llorando y riendo en quejas de éxtasis al sentir cómo me raspas mi lujuria en lo más profundo de mí y me vuelves loca irracional queriendo eternizar nuestra unión de total y absoluta concupiscencia.  Sé que miras mi escote y te ves allí tirado en mis pechos, muerto después de haberme dado el rugido glorioso de tu clímax.

sábado, 19 de mayo de 2012

¡Cómeme!


Cómemela hasta que me haga agua en tu boca. Cómemela hasta que se te derrita mi pasión en tus labios, corriéndote por la cara, inundándote tus labios abiertos para saborearme y acariciarme con tu lengua intrépida. Mordisquea mi labia y encuentra mi clítoris hinchado y alerta esperando tu boca jugosa y atrevida; chúpalo con ganas como queriendo arrancarlo de mi ser; mójalo y siéntelo cómo se alza para encontrarte y bailotear en tu boca. Abre grande tu boca para metértela y movértela frotándome en ti dejándote mi estela viscosa y olorosa a mi sexo hidalgo. Mírala cómo se abre ante tu boca abierta y ante tu lengua que sale a su encuentro. Oye cómo me arrancas los gemidos ante los chasquidos que hace tu boca contra mi centro desbordado e incinerado de la lascivia que me causas. Mírala antes de comerla; mira la fruta que has te tragar entera, pulposa, madura, lista para tu caricia erótica en tu cavidad suplicante. Ruégame que te la dé sin reparos, ahora; dime que no puedes esperar a saborearme y a que me corra en tu garganta. ¡Trágame! Llénate de mí y recibe el azote de cada palpitación que me sacas con tu succión insistente e inexorable. Cómeme como si tu vida dependiera de mí. Cómeme como si fuera tu más adictivo alimento. Cómeme hasta que se me salga la vida mojada en el último suspiro.

martes, 15 de mayo de 2012

Cuestión de tiempo


Lo nuestro era inevitable. Miradas lascivas por encima de la ropa desnudando nuestros cuerpos con la lujuria que vivía en nuestras mentes desde el primer instante en que nos vimos. La estática acariciándonos la piel ante el sonido de nuestras voces al saludarnos casualmente callando el deseo. El choque de tu pecho y el mío al abrazarnos en amistad con la complicidad de la lascivia que no admitíamos. Tu voz que hace a mi entrepierna mojada y tiritante. Mi voz que hace a tu miembro erguirse callado apretándose en contra de tu pantalón. Mis pezones endureciéndose ante el roce de tus ojos puestos en ellos con disimulo y un aire de descaro. La sangre corriendo recia por tus venas ante la visión de mi piel expuesta paseándose por tu deseo. Las noches de palabras no dichas y fantasías apagadas por el azote de nuestras manos, tú en tu habitación y yo en la mía. Las horas bajas en la cuales te mojaste las manos con tu semen corriendo caliente pensándome, imaginándome comerte tu miembro duro y ardiente, imaginándome montarte como demente en una cabalgata hacia el infierno mismo. Las horas silentes en las cuales me mojé las manos frotándome con furia jadeante de placer, buscando con mis dedos la sensación de tu entrada tempestuosa en mí, apretándome los dedos con las pulsaciones que me hacían gritar tu nombre al llevarme al orgasmo imaginándote dentro de mí. Sí, lo nuestro era cuestión de tiempo hasta que el deseo le ganara a nuestra resistencia teñida de lo indecoroso de nuestro morbo, creciente, caliente, energizante y vivo. Ahora, sin vergüenza, me desnudo ante ti. ¡Tómame!

sábado, 12 de mayo de 2012

Mastúrbame!

Desliza tus dedos entre mi labia y pruébame. Siente mi deseo suplicante ti. Palpa la evidencia de lo que provocas en mi cuerpo; métete dentro y sé el barómetro que mide mi pasión. Siente con tus dedos el furor que me seduce de ti y llévalos a tu boca curiosa por probarme. Lleva tus dedos a tus labios y mezcla mi néctar con tu saliva que inunda tu boca desesperada por comerme. Dame de beber tu saliva envuelta con el sudor de mi femeneidad; busca mi miel entre mis piernas y llévala a mi boca con tus manos. Después, bebe de mi boca mi saliva y mi sabor. Saboreemos juntos mi elixir que se impregna en tus dedos cuando buscas mi entrepierna con curiosidad e insolencia. Llena tus manos de mi almíbar y no te detengas hasta encontrar la fuente que de mí emana cuando estallo a tu toque y tus caricias, y luego, llévalas a tu boca para embriagarte conmigo compartiendo el zumo que sabe a mí y que te embriaga y te puede. Mete tus dedos en mí, profundo, y no hagas caso a mis lamentos ni a mi resistencia fingida. Siente cómo me dueles y deja que haga de tus dedos prisioneros en mi palpitar. Siente cómo envuelvo tus dedos en cada pulsación y los sacudo con furia. Luego, quiero probar y comer de tus dedos uno a uno para limpiarlos y borrar la mancha y el olor de mi bálsamo que te quema los dedos, los labios, la piel y tu existencia toda.
Picture: http://www.obsessionart.com/product.asp?currency=USD&cat_id=FEM&pf_id=dahmane_504&jump=40

martes, 8 de mayo de 2012

¡Víveme!


Víveme a plenitud, sin temor, sin que tus miedos se antepongan entre tu cuerpo y el mío. Víveme hoy, sin ayer, sin mañana, sin pasado ni futuro; víveme con fuerza, con pasión, con total abandono a tus deseos. Víveme por fuera y por dentro; víveme sin parar, con tesón obstinado; víveme con tu razón y con tu sinrazón gastada y llena del daño que te ha causado castigarte a solas en la oscuridad, rodeado por tus sábanas, tus almohadas y arropado con mi espectro que persiste inevitable en tu bálano ensañado, en tus ojos que me ven cerrados o abiertos y en tu alma que ha recibido mi rocío temprano y mi torrente necio. Víveme desnudo en mi desnudez; víveme sin vergüenza, sin reparos, sin inhibiciones, volcándote en mi carne como ola furiosa al acantilado, con la fuerza de ese espíritu viril que te posee y que me puede. Víveme con dolor, con ardor, quemándote en mi sudor y pintándome de blanco por dentro y por fuera, tiñéndome de blanco y brillo para destellar en la oscuridad para que me encuentres con tu ser duro y fornido hasta hacerme la guerra con fiereza. Víveme completo, víveme completa; víveme con tu boca, con tus manos, con tu látigo que me azota sin piedad hasta sacarme las lágrimas y exprimir mi último sorbo de vida de mis entrañas fulgurantes de esplendor orgásmico. Víveme a fuego hasta que me cremes en tu infierno; hazme polvo y fúmate mi esencia caliente y mojada mientras me azotas con tu afán tan descentrado e impaciente; así como aún vives en mis memorias lejanas que pernoctan en mis poros y los tuyos día y noche en nuestra ausencia.  Víveme oliéndome, escuchándome, degustándome, sintiéndome y fisgándome; socavando mi caverna sola y seca que conviertes en agua y cielo con tu vara tiesa; con tu cayado bruto e inmisericorde que me condena a rogarte por más y por piedad en la agonía que me causas. Víveme ahora, en este momento eterno que se desperdicia sin tus besos, sin tus caricias, sin tu lujuria agonizante que encuentra su aliciente en mí. ¡Víveme hoy!