lunes, 14 de enero de 2008

LA GLORIA EN SUS MANOS


Por unos instantes la vida se me fue de mi cuerpo. Los minutos pasaron y en sus brazos un aliento nuevo recorrió mi piel y se metió en mi ser, volviéndome a nacer, haciéndome nueva. Por un tiempo que pareció interminable mi corazón se desbocó galopando tras las quimeras de lo conocido y lo desconocido y me transporté en un ascenso rápido al cielo. Con cada caricia me llegué más hondo a mí misma, olvidé el mundo físico y fui una con él, conmigo, con toda la esencia del universo. Por un tiempo morí y murió toda agonía en mí; con cada jadeo que provocaban sus golpes en mi pelvis y su entrada en mí. Por un rato estuve viva. En su sexo fui feliz, por un momento de eternidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por qué regresaste???