viernes, 18 de enero de 2008

PALPITANDO


Mi carne necesita de tus manos, en reflejo de mi alma que necesita de la tuya, encontrarla y fundirse con ella. Mi cuerpo solo refleja el hambre de mi espíritu por no divagar más y encontrar su lugar con el tuyo. Así, mi piel se estremece sedienta, pidiéndome con su tacto sensible que la recorran tus manos sabias, que no se pierden ni un solo rincón de mi cuerpo al tocarlo firme y fogosamente. Mis senos se elevan buscando tu boca, tu lengua, tus mordidas en mis pezones que sacan gemidos de mi garganta, la cual lleno de tu saliva al arrebatarte miles de besos. Me quiero meter en tu cuerpo, y ante mi incapacidad de hacerlo, el tuyo se mete en el mío, originando el fuego voraz que me quema toda, adentro y afuera. Tu sexo enciende llamaradas en el mío, se mete adentro, muy dentro, golpeando y empujándome hacia la inconciencia y el éxtasis. Me salgo de mí, mojada; enloquezco y enloqueces tú, grito, gruño y muero encima y debajo de ti. Mi sexo pulsa y quiere más…insaciable de amor y de ganas por ti.

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