viernes, 23 de marzo de 2012

LABIOS MOJADOS


Mi boca se moja, la saliva preparándose para dejarse caer en tu boca, en tu piel, en tu miembro
y probar cada recodo de tu ser. Muerdo mis labios y saboreo nuestro encuentro a pesar de que la distancia te mantiene lejos de mí. Mi cuerpo despierta al cosquilleo erótico que le provoca tu presencia en el mundo y el saberte despierto a mis pasiones de ayer, de hoy, de siempre. Se moja mi piel con un rocío tenue y tímido que la hace fulgurar para que encuentres cada milímetro de ella y bebas de él para saciar tu sed de mí. Cierro mis ojos imaginándote viril y tempestuoso, recio como cuando te posee ese instinto primitivo que no responde a la razón ni a la lógica; que no tiene tiempo, ni espacio, ni distancia, ni lugar. Te imagino despojado del mundo y del todo que nos mantiene separados pero unidos en la locura de esta lujuria que nos posee con vehemencia, descaro e intensidad. Imagino tus manos poseyéndome en tu cuerpo sin vergüenza ni reparos, en la soledad de tu mundo trayéndome en la fantasía que te roba el sueño y el aliento. Te pienso devorando mi carne con furia, como si el tiempo se fuera a acabar y no diera para consumar el fuego que te consume sin remedio y que también arde en mí por ti. Se mojan mis
pensamientos y mi vulva de tan solo recrearte y unirme a tus fantasías voraces e indecorosas. Resbala mi labia al rozarse uno contra el otro, hinchados de la exaltación que me provoca el
pensarte erguido y erecto por mí. Se endurece mi semilla ardiente, la cual quiere salir a encontrar el roce de tus dedos, y me muevo para que pueda sentir la costura de mi pantalón para intentar darle algún consuelo. Mis músculos se tensan y aprieto mi vagina que ya me suplica que entres en mí; sola y oscura, mojada e incontrolable del deseo que me provocan las imágenes de
saberte excitado de locura ardiente por poseerme urgente. Con disimulo me meso en la cadencia de mis pensamientos de pecado, en los cuales tú y yo somos instigadores y víctimas de esta tertulia erótica y silente entre nuestros cuerpos a la distancia sin tocarse pero poseídos de un deseo incontrolable e imparable. Sin que nadie se dé cuenta, palpito por ti y dejo escapar un suspiro silente en honor a tu sexo.

No hay comentarios.: